El uso de aguas termales con fines de hidroterapia en la cuenca del mediterráneo era conocido desde la antigüedad, como demuestran restos arqueológicos, testimonios tanto literarios como científicos y numerosos epígrafes. Se trata de tratamientos que en líneas generales no han variado en veinticuatro siglos. El mismo Hipócrates animaba al uso de las termas y en el tratado uso de los líquidos, decantaba las virtudes de las aguas minerales y de los manantiales de agua caliente.
Con el paso del tiempo, la aplicación del método experimental ha llevado a un enfoque innovador de la utilización terapéutica de las aguas, introduciendo nuevos métodos de tratamiento.
Afortunadamente, la evolución de la sociedad y el aumento de la disponibilidad financiera en todas las capas de la misma han puesto a disposición de todos las ventajas de los tratamientos termales, que no sólo se deben a las propiedades curativas de las aguas, sino también a la belleza y a los atractivos del medio ambiente en que generalmente se encuentran los centros termales romanos. El concepto de tratamiento, considerado también un instrumento para reponer energías y ponerse en forma, está asociado con acierto al concepto de vacaciones y de uso inteligente del tiempo libre.
La antigua tradición de las aguas termales se actualiza de este modo y, hoy más que nunca, la aplicación de nuevos métodos la convierten en un instrumento esencial de la medicina moderna. Los balnearios de la zona de Roma, son:
Pro Fonte Ceciliana
Via Predemontana. Palestrina. Fuente: Bagni di Stigliano.
Terme di Stigliano Canale Monterano. Roma.
Escrito por Veronica.
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